Este pajarito caminaba por un bellísmo jardín cubierto de musgo en un templo de Kyoto. Casi seguro que ese jardín es barrido sistemáticamente cada amanecer con sumo cuidado para no dañar el delicado musgo y a lo largo del transcurrir del día se va embelleciendo con acículas y flores que caen sobre él sin apenas hacer ruido, con un sonido que roza el silencio.
Nice pictures Mercedes.
ResponderEliminargreetings, Joop
Que bonito!! y cuanta belleza y secretos esconde el musgo.
ResponderEliminarBesos